Y como comienza todo, miras atrás y piensas donde todo cambio, donde tu corazón dio un vuelco, respiras, recuerdas y sientes esas mariposillas tan solo con imágenes en tu cabeza, si, esa cabecita loca que lo apostó todo por él.
Y te preguntas, porque él, por que yo, por que nosotros, no se si creo en las medias naranjas, la verdad es que no, es lo que es porque cuando se siente así dos hacen uno y nada ni nadie lo puede evitar, ni tan siquiera uno mismo.
El amor es eso que no se piensa, que no se decide, que nace de forma inesperada y te atrapa, eso es, te atrapa y te arrastra hacia sensaciones nuevas, intensas y llenas de todo.
Lo miras, te mira, esos ojos, esa sonrisa, ese lunar, ese brillo, esa cara que te hace sonreír como una tonta y es cuando el mundo se para y entiendes que no necesitas más, es felicidad, es plenitud.
Es un contrato invisible en el cual no existen términos ni condiciones, ni clausulas irrevocables.
Y hagas lo que hagas, hazlo, sientelo, no es lógico ni racional.
Es lo cierto, lo verdadero, limpio sin celos.
Lo simplemente complicado, la luz de la oscuridad.
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